El Diablo, la primera de las experiencias trascendentes

El camino de las “Experiencias del Espíritu”

Dante en su “Divina Comedia”, describe el paso por el purgatorio como una gran montaña, con 7 alturas. Las almas de quienes están en el purgatorio deben transitar por estas alturas, cada una de las cuales representando uno de los pecados originales, una vez terminado este transitar de purificación se le abre el alma la puerta al paraíso. En cada subida de esta montaña la persona hace consciente los males ocacionados por el pecado específico.

Es interesante este último punto, pues uno de los hechos importantes en el crecimiento del espíritu es el conocimiento, el hacer consciente nuestros hechos, para poder remediarlos; quien no tiene conciencia de los males causados, menos puede enmendarlos.

El tercer camino del mapa del tarot, representa las tareas trascendentes. La palabra trascender hace referencia al cambio de estado, y como tal, es un cambio que deja huella en nosotros y como consecuencia, una vez terminado el camino, ya no somos los mismos.

Desde el Tarot, la primera experiencia a vivir se representa en la carta número 15: “El Diablo”. Este, tal como un guardia ante una puerta, nos pide hacer un acto sagrado para comenzar nuestro viaje: la condición inicial para iniciar este camino es la humildad.

El Diablo o la primera visión de nuestro ego

Como etapa el Diablo es la entrada al mundo espiritual y como primer paso hay que realizar un acto de reconocimiento, el de nuestros miedos.

Gracias a la experiencia, sabemos que hay cosas que nos generan agrado (simpatía) y desagrado (antipatía). En la vida podemos elegir quedarnos solo con aquellas cosas que nos agradan, cayendo en la evitación de lo desagradable, el dolor o el sufrimiento. Esta actitud evitativa, la cual podría asumirse como una perfectamente normal también es una tentación, es una forma de quedarnos pegados en un estado y no crecer. Muchas veces son aquellas situaciones desagradables en la vida las que más aprendizaje nos dejan.

¿Qué es lo que nos impide vernos a nosotros mismos tal y como somos? Nuestro ego, aquel que se siente dolido por una mala palabra o que reacciona cuando se siente amenazado, este expulsa todo aquello que le asuste de sí mismo y lo oculta de nosotros, transformándose de esta forma en inconsciente y que con el paso del tiempo pasa a tomar forma, C. G. Jung llamo a este conjunto de elementos ocultos de nosotros mismos “La Sombra”.
Connie Zweig y Jeremiah Abrams en su libro “Encuentro con la Sombra”, lo describen de la siguiente manera:

“Así pues, sólo podemos ver a la sombra indirectamente a través de los rasgos y las acciones de los demás, solo podemos darnos cuenta de ella con seguridadfuera de nosotros mismos… De este modo pretendemos expulsar a la sombra de nuestro interiorproyectandoy atribuyendo determinadas cualidades a los demás en un esfuerzo inconsciente por desterrarlas de nosotros mismos”

Es decir aquello que tememos es confuso y se nos escapa de nosotros mismos y de nuestra observación, creemos que solo existe afuera de nosotros, pero no en nosotros.

El Diablo, por tanto, nos invita a ser conscientes de nuestra vida y de como podemos estar cómodamente sentados sobre una apariencia, y el Diablo, como guardián del desarrollo espiritual nos plantea que para seguir creciendo debemos aceptarnos completamente, pues ya no somos los humanos inocentes de la adolescencia, ya estamos en un lugar experimentado y sabemos lo que nos hace bien y nos hace mal, sabemos como somos afectados por los otros y como los afectamos. ¿Queremos vivir bajo la ilusión de que nuestro caminar es el perfecto, que estamos haciendo todo bien y no cambiar?, “Muy bien, lo puedes hacer” nos dice el Diablo, puedes quedarte en ese estado de quietud, nadie te puede culpar por querer quedarte así, pero si quieres avanzar, debes partir aceptando tu propia naturaleza de forma completa, partiendo por aquello que te asusta de ti mismo.

Como carta del Tarot, el Diablo es más que la observación de la sombra interior, nos habla de cómo las experiencias inocentes e inconscientes se transforman en experiencias voluntarias y conscientes, pues ya conozco las consecuencias que tendrán en mí estas acciones y por lo tanto que nos podemos entregar a vivir estas experiencias completamente. Nos llama a vincularnos con los otros, sin miedo. Y nos recuerda que somos dueños de nuestra voluntad, que la podemos desarrollar, y que con ella podemos adentrarnos en lo más oculto de nosotros mismos y crecer.

También es una carta de que nos habla sobre el enorme potencial energético del ser humano.

El desarrollo de la energía espiritual

Baphomet de Eliphas Levi

Baphomet de Eliphas Levi

Eliphas Levi, en su libro “Dogma y Ritual de Alta Magia”, al hablar de la carta número 15 muestra una imagen esotérica importante en relación al Diablo, nos referimos al Baphomet o “Macho cabrío”, el cual dentro de los muchos símbolos que contiene queremos destacar 2:

  • “Fuego en la cabeza” o Kundalini
    Fuego sobre la cabeza representando el despertar de consciencia
  • Las palabras “Solve” y “Coagula” tatuados en sus brazos
    Palabra Solve sobre el brazo derecho Palabra Solve sobre el brazo derecho

La Kundalini es la energía presente en todos los seres humanos, que alimenta nuestros canales energéticos, conectándonos con el universo. Es una energía que, se dice, se encuentra dormida y que mediante un trabajo espiritual metódico podemos ser capaces de despertar y “ascender” y se encuentra representado por el fuego de la cabeza del Baphomet. A medida que asciende se produce una purificación energética en el cuerpo que permite alcanzar el despertar espiritual. Esta purificación no es otra cosa que el trabajo con uno mismo y nuestros miedos.

Por su parte “solve” significa disolver, mientras que “coagula” significa rectificar, esto quiere decir que en el proceso de crecimiento interior, primero debemos disolver nuestros defectos, nuestra mente, nuestro ego, y quienes logren hacerlo, podrán armarse nuevamente a sí mismos creciendo en este transitar. El Diablo nos muestra que los miedos es lo primero que debemos disolver, y esto lo logramos haciéndolos conscientes.

¿Que quiere decir todo esto? Que el trabajo interior parte y termina en uno mismo, que las herramientas de trabajo no están afuera, sino dentro, y que si realizamos un trabajo consciente y metódico con nosotros mismos, podemos encausar esta energía. Cuanto tiempo perdemos malgastamos nuestra preciosa energía manteniendo los miedos bajo control, en vez de usarlos como un aliado.

REFERENCIAS:
  1. Connie Zweig, Jeremiah Abrams (1991), Introducción, Encuentro con la Sombra, pag. 8

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